La Cabeza del Mono

Los pensamientos, frikadas y rallauras de un ser extraño en un mundo abstracto. Todo lo que pasa por la cabeza del mono.


San Mandril

Ooohhh... voy a mirar mi calendario...

14 de febrero... que gran día!! Que emoción!! Empiezo a ponerme nervioso de la expectación...

SAN VALENTIN LLEGA!!!

Que gran fecha, emocionante sin dudas. Una fecha en la que todos los "enamorados" se dan regalos y besitos en la tez. E incluso besitos en los labios, pero solo los elegidos podrán tener besitos en la cara. Regalos, regalitos, regalazos... ¡ Que el consumismo nos invada ! Total, todos tenemos dinero para derrochar, para algo todos somos ricos. Si, señoras y señores, los universitarios suelen ser ricos. Todos menos yo, yo no vivo en chalets. Por eso, San Mandril es mi celebración. San Valentín es para todos aquellos felices y derrochadores, en cambio, San Mandril, es para gente como yo. No digo que yo sea un simio, aunque en parte todos somos simios (lo siento amigos, Darwin existió).

San Mandril es un santo sencillo, alguien que se conforma con poquito. No hacen falta grandes celebraciones, ni grandes regalos, sacrifícale una virgen y él se pondrá contentísimo. Nadie sabe su aspecto, pero se especula que su forma corpórea m
ide más alto que cualquier montaña y que es más grande que Asia y el Mundo juntos. Toda esta verborrea estupida e inútil simplemente sirve para mi propio disfrute literario. Nada más.

En cambio... Voy a expresar mi especial opinión sobre esa "festividad" llamada San Valentín. En toda mi humildad y sencillez, creo que las grandes compañías, aquellas cuyos dueños son putas aspiradoras, dijeron un día, "vamos a joder un poco a la peña y hacernos más ricos", entonces decidieron que el día 14 de febrero, es una buena época para que los comercios se nutran. Los altos empresarios no son nada tontos, saben que como algún miembro de alguna pareja de algún país no felicite al otro miembro de la pareja... ya la tenemos liada.

Por tanto, es como un examen de amor para muc
hos/as. Si el día 14 de febrero... no hay regalito... ni celebración convincente... me buscaré a otro/a que satisfaga mis impulsos más consumistas. Eso en el mejor de los casos, ya que te estas quitando un gran peso de encima, lo peor es si no te dejan y siguen dándote la brasa el resto del año. Para eso esta San Mandril, para combatir a todos esos miembros de la pareja que no están conformes. Su bello ano les hace olvidar esos sentimientos consumistas, les hace ignorar a todos los rótulos brillantes que salpican nuestras ciudades. Coño, que viva el Mandril.

Yo me quedo con aquellos San Valentines en los que se mandaba la gente cartitas. Más que de amor, de amistad, aunque siempre había algún de
spistado que declaraba su amor en estas fechas. Era una especia de bonito concurso de popularidad, donde las personas que recibían más cartas eran miradas por otras con cara de asco. Ese recuerdo aguarda mi mente de una manera especial, creo que eso si era bonito. No hacer regalos en un día especial, el único día en el que estamos enamorados. Los 364 días restantes, simplemente fingimos.

Yo celebraré San Mandril, como hago todos los años... espero que algún día... alguien se una a esta, mi sagrada celebración.

Que el Santo Mandril os guíe...

El Santo Mandril os vigila, putitas.

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